Mayo 2020
Gerladine La Rosa es una gran amiga de la Fundación y en este momento tan especial que todos estamos atravesando, a través de su marca Geraldmoon confeccionó tapabocas exclusivos para los pacientes, voluntarios y los médicos de la FMC.
La contactó la Revista Hola para realizar una nota y Geraldine contó este gran gesto solidario para que muchas personas más puedan conocer quienes somos y qué hacemos.
Muchísimas gracias Gerald!!!
La Nota:
«Amo la solidaridad. Mi pensamiento siempre es ayudar al que más lo necesita, y frente a esta pandemia, también quise aportar mi granito de arena», sostiene Gerladine La Rosa (44). Con la colaboración de su hijo mayor, Nahuel (22), fruto de su matrimonio con Marcelo Gallardo -con el que también es madre de Matías (16), Santino (14) y benjamín (10 meses)-, fabricó más de cien tapabocas para donar a la Fundación María Cecilia de Ayuda al niño Oncológico.
-¿Cómo surgió esta iniciativa?
-A los pocos días de que comenzara la cuarentena, Nahuel me consultó qué podía hacer para colaborar desde su lugar público, como futbolista, y le conté que por mi parte iba a donar barbijos hechos especialmente por mi marca Geraldmoon, para la Fundación María Cecilia de Ayuda al Niño Oncológico, con la que siempre colaboro. Sin dudarlo, se sumó al proyecto y desde el minuto uno estuvo atento a todos los detalles.
-Qué orgullo te debe generar ver que tu hijo, tan joven, tenga estos intereses.
-Sí, ahí es cuando me doy cuenta de que como padres hicimos las cosas bien. Después de muchos años de adolescencia donde las preocupaciones son otras, se ponen grandes y sacan sus mejores aprendizajes.
-¿Cómo son su hermanos?
Todos tienen muy presente la solidaridad. Con el papá siempre les decimos que tienen que saber valorar todo lo que tienen. Cuando Nahuel era más chiquito, lo llevé junto a sus hermanos a la Fundación Pura Vida, con la que también colaboramos, y allí pudieron ver cómo hay nenes que tienen realidades muy distintas a la de ellos. A mí me genera mucha angustia ver la desigualdad con la que vivimos, pero la transformo en acciones y colaboro. Además, ahora tengo a mi bebé, Benjamín, que es mi mayor fuente de energía; con solo verlo se me pasa todo lo malo.
-¿Cómo fue volver a tener un bebé en la casa?
-Pura felicidad. Al mes de su nacimiento nos fuimos con mis amigas a Brasil y se portó perfecto. No fue su único viaje, también nos fuimos a Córdobam hicimos una excursión en un botecito… Se porta muy bien, me lo pongo en el canguro y lo llevo a todos lados, hasta a mis clases de zumba, parece que tiene 10 años, ¡es comible!
-Cómo lo recibieron los hermanos mayores?
Lo aman, es su juguete. Lo cambian, lo cuidan, no me puedo quejar. A Santino fue al que más le costó, porque por mucho tiempo fue el más chico de la casa. Pero ahora se animó a hacerlo dormir y el dice que es un capo como él. No hay cuarentena que no haya venido bien en la familia Gallardo [Risas]. Rescato la unión que se reforzó, nos hizo vernos más profundamente, estar más juntos, respetarnos y disfrutar de los pequeños momentos.
-¿Cómo se están organizando?
-Por suerte puedo trabajar desde casa, con llamados telefónicos y ventas online. y con los chicos nos organizamos para salir lo menos posible. A veces voy yo al supermercado, otras Nahuel. Ni bien llegamos nos sacamos la ropa, así no se contamina la casa. Me cuido mucho porque a pesar de que Benjamín ya tiene 10 meses, le sigo dando de amamantar. Por suerte, tenemos jardín en el fondo de casa, así que no hay necesidad de salir, somos unos provilegiados. Ojalá que todos aprendamos de lo que está pasando. Dios nos está dando una enseñanza y hay que ser inteligente y saber aprovecharla.
-Sos una mujer que se muestra fuerte y que en varias ocasiones logró salir adelante más allá del qué dirán…
-Soy muy creyente y mis papás me dieron esa fuerza de ir siempre para adelante. Lamentablemente, cuando uno tiene muchas cosas que a otros pueden dar envidia, es difícil no caer. Pero con los hijos que tengo, con los que muchas veces estuve sola porque su papá trabajaba, siempre salgo para adelante. Cuando estoy triste, con sólo mirarlos vuelvo a empezar. Con salud y el amor de mis hijos, nadie me derriba. La vida es una sola, yo vivo el hoy y el momento intensamente.
Texto: Sofía Kotler